José de Jesús Vázquez Hernández

La resurrección es la máxima expresión y base de la creencia de miles de cristianos que profesamos la doctrina de Jesucristo, pues como dice San Pablo,

“Si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también nuestra fe” 1ª Cor. 14,14; se trata de un tema fundamental que vino a transformar la humanidad al ofrecer una vida mejor después de la muerte.

 

El domingo de resurrección es el culmen de las celebraciones, conmemoraciones y oficios que tienen lugar durante la cuaresma y la semana santa que inicia el domingo de ramos y termina con el triduo de los días jueves, viernes y sábado santo, días en que de manera solemne se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

 

La resurrección de Jesús es la creencia religiosa cristiana según la cual, después de haber sido condenado a muerte, Jesús resucitó de entre los muertos, es el principio central de la teología cristiana y forma parte del Credo de Nicea: “Al tercer día resucitó, conforme a las Escrituras”, como una señal de que venció a la muerte, su resurrección no fue como la de Lázaro que volvió a morir.

 

La muerte es el enemigo de la humanidad y es el castigo justo por los pecados de cada uno de nosotros, nos dice el mismo San Pablo, pues nadie se escapa de ella a pesar del esfuerzo que haga por evitarlo, como decía un paisano, “cualquiera se muere”, rico, pobre, sabio o ignorante, blanco o negro, todos estamos sujetos a este flagelo que nos mortifica.

 

Cristo resucitó porque la muerte no podía retenerlo, y con su resurrección nos dio la fe y la esperanza para no temer a la muerte a sabiendas de que hay una vida más allá de la muerte, de allí que nos preguntemos como San Pablo:¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, oh sepulcro, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley; pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. 1 Corintios 15:55-57.

Si Jesús hubiera muerto y no haya resucitado, Él habría sido uno más como los millones que venían antes y los que vendrían después de Él, sin embargo no sucedió así, su resurrección prueba que Él es alguien único en la historia del mundo: un ser divino, el Hijo de Dios, quien dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en Mí, no morirá jamás” ¿lo crees? Juan 11,25-26. jjesusvah@hotmail.com Abril 14/2017

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